domingo, 5 de octubre de 2014

Los tuyos, los míos y los nuestros Cap #02

Los tuyos, los míos y los nuestros
Por: K





                                              Capítulo 2: E l l o s



Baekhyun era simplemente un genio, un maldito genio.

Se había encargado de que el sillón azul de JongIn y el suyo amarillo sorprendentemente quedaran bien en un mismo espacio (cosa que él creía imposible).Baek se había cansado de repetirle que era absolutamente posible, pero no había podido callarlo hasta que al fin vio el resultado; el living se veía perfecto.

—La chimenea se ve increíble —opinó con un brillo especial en los ojos.

Of course! —respondió Baekhyun con su pésima pronunciación del inglés, agradeciendo mentalmente que no estuviera ahí Kris, sino se burlaría cruelmente de él.

Adaptar el espacio a los muebles que la pareja de tortolos había decidido conservar y a los que habían adquirido había sido relativamente fácil, gracias a que, a diferencia del editor, JongIn era un bastardo con muy buen gusto y había elegido todo con consciencia del estilo que quería lograr en el apartamento.

—Probablemente si JongIn no hubiera intervenido, entonces todo el apartamento habría terminado en color negro —bromeó Baekhyun para molestar al dueño del lugar. No se cansaba de aconsejarle qué otros colores usar, todo para que KyungSoo terminara pareciendo una maldita sombra.

—Muy gracioso, Baek —gruñó, maldiciéndolo un poco, aunque en el fondo le agradecía, ya que el apartamento simplemente se veía perfecto.


Michael Haverland




Para KyungSoo el lapso de “Hey, tenemos que reunirnos” -> “Hey, les diré a mis amigos” -> “Hey, dicen que mañana” había pasado demasiado rápido. Al fin era sábado y eso sólo significaba una cosa: JongIn conocería a sus amigos.

En su mente todo terminaba en dos opciones:

a) Que JongIn lo dejara

b) El fin del mundo

Él, sinceramente, prefería la segunda.


Con mucho pesar se vistió con unos pantalones ajustados negros y una camisa del mismo color, pero luego pensó en que si llegaba así tendría a Baekhyun fregándole la existencia, por lo que mejor la cambió por una casi idéntica pero en color blanco.

JongIn, por su parte, optó por vestir algo más… menos… cómo decirlo… vestía un pantalón beige, un suéter gris sobre una camisa azul, y un saco tres cuartos, azul también.

Kyung no lo decía, pero odiaba que con cualquier cosa se viera perfecto.

—Soo… ¿en serio?

El mayor lo sabía, era la misma plática de siempre.

—Yo creo que se ve bien. —Se excusó.

—¡Por supuesto que se ve bien! —alegó el moreno, acercándose a él. —Tú siempre te ves bien, pero deberías esforzarte un poco más. Es una reunión importante, Soo, en un lugar importante —agregó, comenzando a quitarle la camisa en un acto meramente inocente.

El aludido suspiró y se resignó. Al final sólo tuvo que cambiar su camisa a una azul a cuadros y ponerse un saco gris (cuadros también), que la verdad ni tan mal le iba.





Cuando al fin llegaron al lugar, el llamado D.O. estaba bastante nervioso. Sus manos sudaban e insistía en ordenar su impecable peinado.

El restaurante al que llegaron era de renombre y tenía miedo de que no se supieran comportar.

—Soo, he intentado no estar muy nervioso. —Le dijo Jong, mientras el edecán los dirigía a su mesa, apartada del resto por cuatro paredes que suponían no eran de concreto.

Ambos tomaron asiento y una vez el edecán se marchó comenzaron una pequeña charla para calmar el ambiente y así poder esperar.

El primero en llegar, para suerte (o desdicha) de ambos, fue BaekHyun; vestía unos pantalones de vestir ajustados de una tela ‘como brillosa’, una playera gris con la inscripción “What do you want to repair?” y un saco gris con mangas de imitación piel.

La verdad es que venía con la intención de lucirse, pues sabía perfectamente que D.O. no guardaba ninguna esperanza para con él.

Con un caminar elegante y una sonrisa de infarto saludó al que en secreto llamaba cuñado, para después saludar a su compañero de trabajo y luego sentarse con modestia y porte.

KyungSoo, al ver esto, pudo respirar. JongIn no había convivido con su amigo lo suficiente como para conocer su verdadera personalidad, por lo que por el momento, todo iba bien.

Afortunadamente Baekhyun, debido a su trabajo, sabía de temas suficientes como para no quedar como un retardado y así hacer tiempo mientras llegaba el resto. 

Supo mantener una plática bastante decente con el bailarín y este quedó con una grata impresión.

El segundo (segundos) en llegar fue un gran alivio para Baek, ya que se le estaban acabando las palabras. JongIn se puso de pie para recibir a sus amigos y de inmediato presentarles a su pareja.

—KyungSoo, ellos son JongDae y ChanYeol —sonrió. Los aludidos se acercaron al editor y realizaron un par de reverencias.

Antes de que pudieran decir cualquier cosa, el resto fue llegando, uno por uno, hasta que en total había nueve personas a la mesa.

KyungSoo y JongIn se miraron y se sonrieron nerviosos.

Hasta ese momento sus familiares habían sabido comportarse, presentándose cómodamente y sentándose con modales más que practicados.

Ambos grupos de amigos habían sido amenazados, por ello sentían que debían de cumplir o al día siguiente su nombre estaría en las noticias, reportados como ‘desaparecidos’.

Después de presentados, los amigos de JongIn y él comenzaron una pequeña charla en voz baja, por lo que D.O. se vio en libertad de hacer lo mismo.

—¿Y Kris? —preguntó a BaekHyun y JoonMyun. Ambos negaron en señal de no tener idea de su paradero.

—¿Entonces deberíamos ordenar? —JongIn se hizo oír entre los presentes, todos sonreían tan forzadamente que casi hace que Kyung sienta pena por ellos.

—Claro… yo… Él es JoonMyun —presentó a su amigo, el único que faltaba por ser presentado. Estaba por agregar cualquier dato extra cuando una persona entró corriendo como alma que llevaba el diablo; alto, rubio.

KyungSoo casi pudo ver en cámara lenta cómo comenzaba a correr alrededor de la mesa –y de todos – siendo perseguido por una mujer de un cuerpo envidiable y con el cabello tan rojo como Little mermeid.

—Y él es Kris —suspiró, totalmente derrotado.

El rubio dio tres vueltas más a la mesa y luego con ayuda de una silla, subió a la misma, haciendo que todos se levantaran de inmediato, creando un gran estruendo al arrastrar sus asientos.

—¡Te digo que no, carajo! —gritó el doctor, intentando con un pie alejar a la chica.

—¡No, Wu Yi Fan! ¡Esta vez me la pagas!

—Y ella es su novia —sonrió, como si todo fuera bien en la vida.

—¡Imbécil! —Todos escucharon cómo otra chica pelinegra, gritando a viva voz llegaba al lugar.

¿Y el edecán? ¿Y los camareros? ¡¿Dónde estaba la maldita seguridad?!

—Y ella es su otra novia —agregó, llevando su mano derecha a acariciarse el entrecejo.

La segunda mujer no perdió el tiempo y quitándose la zapatilla con destreza, se la lanzó a Kris directo a la cabeza, y ya se imaginarán, como el alto estaba en un solo pie terminó cayendo de la mesa al suelo, donde ambas chicas se lanzaron sobre él de inmediato.

BaekHyun pudo jurar haber visto un tic en el ojo izquierdo del editor, pero prefirió no emitir palabra.


Si eso había hecho Kris al llegar, no quería ver la gran entrada que daría Oh Se Hoon.



***



KyungSoo inhaló y exhaló profundo. JongIn se desabrochó el primer botón de la camisa para así poder respirar con más normalidad.

Diez personas entraron en el apartamento y tomaron asiento en los sillones del living.

—El lugar es muy bonito —opinó Kris. BaekHyun intentó reprimir una carcajada cubriendo sus labios y KyungSoo lo fulminó con la mirada.

¿Cómo que el lugar era bonito? Si él no hubiera hecho su espectacular entrada no tendrían por qué estar ahí en primer lugar.

—Gracias —sonrió JongIn lo mejor que pudo. Gracias a él los habían vetado de su restaurante favorito. —¿Nos… permiten un momento?

Los ocho hombres asintieron, dejando que la pareja se alejara un poco al área de la cocina.

Michael Haverland


Un silencio se instaló entre ellos, hasta que uno de los amigos del moreno tomó la palabra.

—¿Entonces estás soltero? —preguntó a modo de burla.
Kris sonrió, por lo que el resto se vio en el derecho de reír.

—No sabía que ambas se encontrarían ahí. —Se excusó.

El ambiente se hizo notoriamente más ligero, por lo que todos sintieron que al fin podían respirar.

La verdad es que para ellos también era difícil.

Primero resultó que eran una vergüenza para sus amigos. Segundo los amenazaron para “comportarse”. Tenían el miedo constante de que si respiraban, lo estarían haciendo mal. ¿Acaso debían levantar el maldito meñique para inhalar y exhalar oxígeno adecuadamente?

Se comprendieron. Sus sonrisas eran de empatía.


—La verdad es que KyungSoo ni es tan normal. —Se mofó BaekHyun.

—Yo ni quería venir —aportó YiXing.

Todos asintieron, aceptando los comentarios.

Había alguien en el mundo que comprendía su sufrimiento, que los entendía. No estaban solos en el planeta.

Vale, tal vez estaban siendo un poquito dramáticos. Cada uno estaba consciente de qué grado ocupaban en la escala weird, pero también estaban conscientes de que si Kai y D.O. eran sus amigos, era por algo.


Frente a la cocineta, KyungSoo se había deshecho en disculpas para con JongIn. Hablaron sobre qué harían ahora que los ocho estaban en su apartamento y se pusieron de acuerdo para intentar que todo fuera normal.


—Prepararemos algo de comer nosotros mismos ya que estamos aquí. —Hizo saber D.O., cuando se acercaron a ellos nuevamente.

Vio que todos sonreían y eso le hizo hervir la sangre. Todo estaba saliendo mal, pero ellos sonreían.

El que había identificado como ChanYeol, un chico alto y de orejas grandes que no necesitaba emitir una palabra para demostrar cuán raro podría llegar a ser, se puso de pie.

—Yo ayudo —sonrió, mostrando una blanca y perfecta dentadura.

KyungSoo en realidad no creía que hubiera alguien más alto que Kris, o tal vez sería por su delgado cuerpo, pero el chico lucía tan alto en comparación a él mismo.

JongIn, KyungSoo, ChanYeol y JongDae (que no recordaba se hubiera ofrecido) se dirigieron al área de la cocina y bajo las indicaciones de D.O. comenzaron a cocinar.

ChanYeol y JongDae se quitaron los sacos que llevaban y en cambio se pusieron un par de delantales que Kyung tenía por ahí. JongIn parecía vigilar cada movimiento que hacían pero ellos no le prestaban la más mínima atención, sino que se susurraban cosas entre ellos y luego soltaban risitas ahogadas.

—Esos dos son inseparables. —Le informó, o más bien le advirtió.


Despistadamente y aprovechándose de que los dueños de la casa parecían muy ocupados secreteándose entre ellos, Kris se levantó y comenzó a subir las escaleras del apartamento de manera casual.

—No deberías —habló MinSeok, amigo de JongIn.

BaekHyun rodó lo ojos y susurró un quedo “aguafiestas”, para luego seguir al que recién se había quedado en la soltería.

Si de la pequeña familia de KyungSoo (conformada por él, BaekHyun, Kris, SuHo y recientemente el pequeño SeHun) había alguien sensato, entonces ese era SuHo. Ese hombre es el que intentaba poner el orden y hacer las cosas decentemente. Por ello se puso de pie y, acomodándose el saco, comenzó a subir las escaleras detrás de ellos.

BaekHyun no era tonto, sabía que la realidad era que SuHo tenía curiosidad por el piso de arriba, pero frente al resto intentaba disimular susurrándoles cosas como “Vengan aquí” y “No suban allá”.

En el living quedaron MinSeok, LuHan y Lay. Ambos se conocían desde el tiempo suficiente como para que no les pareciera sorpresa cuando los tres se pararon cual resortes para también dirigirse a la segunda parte del lugar.

Michael Haverland


Lo primero que notaron fue a Kris sentado en un cocoon hanging chair rogándole a BaekHyun que le diera vueltas.


Kris era una persona contrastante.

Cuando había entrado corriendo en el restaurante a todos les había parecido un desquiciado, sin embargo, en el transcurso del camino al apartamento, el doctor había mantenido un semblante serio; ceño ligeramente fruncido, ojos juzgadores, labios en una fina línea y postura perfecta. Se volvía difícil pensar en él mismo como una sola persona. Si MinSeok no hubiera presenciado él mismo el cambio, sino ambas facetas por separado, entonces hubiera jurado que eran personas totalmente distintas.

Y ahí estaba, un cirujano talentoso y apuesto, vestido con un traje gris que gritaba “Cuesto lo que tú ganas en un año”, sobre una silla colgante pidiendo desesperadamente “le dieran vueltas”.

Y luego estaba el chico que entre risas comenzó a darle vueltas, el tal BaekHyun.
MinSeok lo recordaba de hace un par de años, del evento cultural de la escuela en la que él trabajaba junto con Kai. Parecía un buen chico, MinSeok le calculaba unos 24, 25 años. Su sonrisa formaba un rectángulo casi perfecto, finas líneas de expresión se dibujaban alrededor de sus ojos, que se formaban en medias lunas. Su cabello era castaño y ordenado, enmarcando perfectamente sus rasgos.

¿Por qué carajos los amigos de KyungSoo parecían haber salido de la maldita televisión?

Incluso ese tal JoonMyun con ese ridículo corbatín azul, que parecía más interesado en el paisaje a través de los ventanales que en hacer lo que se supone había ido hacer.

—Qué envidia —murmuró LuHan, sentándose en el sofá azul frente a Kris, quien mareado, pateó a BaekHyun para que dejara de moverlo.

El lugar era más que idílico para los presentes.

MinSeok y YiXing fueron a sentarse al lado de LuHan, sintiendo casi pena del sofá. Ellos lo conocían, ese junto con el de abajo estaban en el departamento de soltero de Kai, sin embargo en esa sala se veían increíble.

—Entonces… ¿conocen de hace mucho a JongIn? —preguntó JoonMyun, caminando de una de las ventanas al sofá, observando que el periodista entre quejidos se iba a hurgar la mini nevera en una esquina de la sala.

Todos sabían que no sería la última vez que se encontraran, y entre más pronto se sintieran cómodos los unos con los otros, mejor.

—Lo suficiente —respondió LuHan, esbozando una media sonrisa—. Es un muy buen chico, si es lo que les preocupa.

—¿Lo conociste en la escuela?
MinSeok dejó escapar una risa y LuHan sólo lo miró mal.

—No… yo soy un poco mayor que él.


Si los cálculos de SuHo no fallaban, JongIn tendría un par de años menos que BaekHyun (quien por cierto ya se había adueñado de una lata de café helado), por lo que le supuso la misma edad a LuHan.

—¿24, 25? —preguntó, aunque pensando en que se veía más joven que eso.

El interrogado sólo pudo mostrar una linda sonrisa (libre de marcas de expresión) cuando MinSeok comenzó a reír otra vez e intervino:

—Qué va, si este hyung ya va para los 30.

Byun Baek Hyun escupió el gran trago de café que había dado, ensuciando horriblemente la alfombra beige sobre la cual descansaba el sofá azul.

Todos se miraron entrando en pánico y se levantaron como si les hubieran puesto un resorte en el trasero. Uno por uno –y lentamente – fueron bajando las escaleras como si nada hubiera pasado, hasta que todos estuvieron en su lugar inicial -en el living sobre los sillones-.

KyungSoo no era supersticioso, pero él no recordaba esa grieta en la arrocera. A paso rápido fue a echar un vistazo al living, donde los ocho chicos –justo donde los había dejado – le dedicaron una bonita sonrisa.

—¿Necesitas ayuda, Kyunggie? —ofreció BaekHyun, poniéndose de pie como si de verdad tuviera le intención de ir ayudar, pero el aludido negó un poco contrariado y regresó a la cocina.

Tal vez si KyungSoo no hubiera estado tan ‘en pánico’ se hubiera dado cuenta de que alguien faltaba en la imagen.

El castaño volvió a tomar asiento y suspiró. Él no tenía la culpa de que LuHan pareciera un jovenzuelo cualquiera.

—¿Y Kris? —preguntó luego de unos segundos de silencio. Todos miraron a su lado, como buscándolo. Al ver que obviamente no estaba ahí volvieron a subir, encontrándose con que –al haber subido los pies y a su altura– el alto se había atorado debido a la forma esférica de la silla colgante.

Suho y Baek de inmediato lo tomaron cada uno de un brazo y comenzaron a jalarlo, pero como la silla sólo se sujetaba con una cadena, también se movía en reacción. YiXing y MinSeok decidieron que así nunca lograrían nada, así que pidieron que jalaran al doctor mientras ellos sostenían la silla.

Un intento. Dos intentos, pero Kris no salía.

—Te quedarás ahí para siempre —insinuó BaekHyun, aun jalando.

Entre tanto jaleo y jaleo los cabellos del alto se desordenaron un poco, así que empezó a removerse él mismo para salir lo antes posible y poder aplacarse el pelo. Lo que no se esperaban es que la cadena no sería tan fuerte como para soportar tanto movimiento.

Cuando menos se habían dado cuenta, la silla ya no estaba sujeta de la cadena, sino que ésta estaba en el suelo, junto con Kris…



MinSeok pensó que esa sería una larga velada. 



Notas finales: 

Las imágenes son de un loft en New York con decoración de Michael Haverland.

Espero que les haya gustado. Aunque ahora parece algo muy ligero, luego irán entrando cosas serias. Gracias por leer. 

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